Travesía por tierras negras y arenosas
El erudito Bachiller y Morales pondera en «El trigo en Cuba» (1848), según artículo de la Memoria de la Sociedad Económica de La Habana, los resultado de los cosecheros de Villaclara durante el cultivo de ese cereal, uno de los más importantes en la nutrición humana. Afirma que hacia la región del noroeste, junto a zonas de Matanzas y occidente, figuran en el mapa geográfico de las producciones que se acometen en terrenos negros y arenosos de veneros. Ese el centro geográfico del país llevaba la delantera en los acopios de un grano que luego se convertía, con la molienda, en harina.