El detalle también es cultura.
Según afirma un viejo proverbio la primera impresión es la que cuenta. Si bien no se puede ser absolutos, tampoco negar que a primera vista se genera un criterio agradable o desagradable sobre una persona, objeto o lugar. La cultura del detalle está en las pequeñas cosas, en las que no necesitan cantidad de recursos para tener una imagen aceptable y en las que a esfuerzo del hombre pueden lograrse si hay interés.