Soy un cubano de bien gracias a mi padre
Ángel Orlando Hernández González es uno de los mártires de Playa Girón. Él no logró conocer al segundo de sus hijos. Su esposa Yolanda Cabeza tenía solo tres meses de embarazo cuando el 18 de abril de 1961 en las arenas de Playa Girón una bala mercenaria lo dejó sin vida con solo 28 años de edad. Así lo narra Orlando Hernández Cabeza, un remediano que el imperialismo le llevó el padre.