Mariposa de acero
Tiene la mujer el don de la dicotomía, del ser y no ser, de la contradicción aparente… de la metamorfosis. La mujer es una mariposa de acero. Nacen y llenan el mundo de felicidad. Su fina coraza inicial no puede disfrazar la guerrera que ha visto la luz. Y así, se yergue y alimenta, devorando todo el amor que pueda, porque sabe que no hay otra manera de atesorarlo para luego devolverlo.