Raúl, el soldado del tiempo
La prueba del tiempo aclara a toda duda, el soldado recio, dispuesto a morir en primera línea frente al enemigo más fuerte, también es padre dúctil, amante de las flores y amigo de los niños. Cuando poco se hablaba afrontó quebrantos y honró con apostura la obra hermosa de la mujer cubana. No olvidó a un solo camarada y exigió en el Holocausto un puesto al lado de sus compañeros en las mismas montañas por donde entraron a la historia. Ha sido un sólido gestor de bienestar y convicciones.