Mientras no perdamos el espíritu solidario, nada está perdido
No creo que haya un cubano bueno que esté viviendo sin estrés por estos días, desde el presidente de la República al más humilde ciudadano. Un país, un estado, un gobierno, un sistema, un pueblo, cuya misión principal ha sido siempre salvar la vida de las personas, no ha podido detener las muertes por la COVID que ya aterran.