Una historia de amor
Esta es la historia de un infante y su profesor en una escuela de Madruga, Una relación que supera las barreras del tiempo, porque cuando se educa con amor se desea el bien, la felicidad. A veces debemos hablar en susurros, sin gritos, sin prepotencia ni pedantería. Con humildad y delicado afecto. Siempre podemos hacer que el mundo sea un poco más pequeño, a la medida de los estudiantes, sobre todo si pertenecen a la enseñanza especial. Porque a veces, para ayudar a crecer, hay que buscar en la diferencia el acto de enseñar que es el mismo de amar.