Ángel de amor y esperanza
Vilma Pérez Fernández desde los 16 años decidió por vocación llevar con dignidad el uniforme de enfermera y en su cofia, el compromiso de cumplir con la sagrada misión de los ángeles que tejen con hilos dorados la esperanza en cada paciente, no sólo en suelo patrio, si no en otras partes del mundo. Por eso no dudó en dar su paso al frente cuando en la provincia fueron convocados para integrar la Brigada Henry Revee, ni cuando en sus dos misiones en Haití puso en peligro su vida para salvar a la de una niña, o en la tierra de Chávez y Bolívar a la que acudió a prestar sus servicios. Vilma, esa sencilla mujer que no presume de maquillajes y tacones porque en sus largas jornadas la comodidad es su mejor aliada hoy forma parte del grupo de valientes que enfrentan en Zona Roja a la covid- 19 en Ciego de Ávila.